lunes, 15 de agosto de 2016

ECOLOGÍA, RECICLAJE Y EMPATÍA: SEMANA 6


ECOLOGÍA, RECICLAJE Y EMPATÍA: SEMANA 6

 De todas las cosas que hemos hecho esta semana (hemos seguido pintando, leyendo, jugando, e incluso ¡hemos montado en tren!) quiero destacar tres que nos han enseñado por 20. Como vais a ver, sólo se van a necesitar tres ratitos y hablar. A veces olvidamos hablar con los niños o pensamos que, en algunos temas, tiene poco que aportar.  Nada más lejos.

1.      Reciclaje: es verdad que soy muy de guardar cajas, botes, cartones… para hacer otras cosas, así que a mis hijos no les resulta raro reciclar para crear juguetes. Esta semana estuve haciendo limpieza de apuntes (tenía hasta los del instituto) y guardé un archivador de los de cartón para cada uno. Al verlo, en seguida se les ocurrió que podríamos hacer unas casas. Ellos me fueron diciendo como la querían y colaboraron en la realización y nos salió ¡hasta una casa madriguera! No es necesario saber dibujar muy bien porque sólo hay que hacer algo así como un plano. Llevan toda la semana jugando con ellas y además, como pueden meter dentro los muñecos y volverlas a cerrar, queda todo recogido.

 
    




2.      Empatía: el otro día hicimos una simulación de ceguera. Tapé los ojos a Nicolás y le di un bastón. Le estuve explicando que debía hacer batidas de izquierda a derecha con el bastón para encontrar los posibles obstáculos. Con esas indicaciones, le mandé que fuera de un punto a otro. Y lo hizo sin mayor dificultad (lógicamente tenía la referencia visual anterior a que le vendara los ojos). Lo primero que observamos (que a él le resultó curioso) era que no podía caminar erguido. Iba con el tronco hacia adelante y la cabeza hacia atrás. Tuvo que ser consciente de cómo estaba caminando para corregirlo. Para complicarlo, le di tres vueltas y le volví a proponer un recorrido. Eso sí que le pareció mucho más complicado.

Los pequeños también quisieron participar pero en lugar de marcarles un recorrido, les propuse que, cada vez que encontraran un obstáculo, se parasen a tocarlo, a olerlo o a escuchar.

Así, diferenciamos el césped del cemento, la pared de la puerta de cristal del porche, la cocina por el olor a café y hasta supimos por dónde andaba Nicolás al oírle.

Ha sido una experiencia fantástica. Por un lado, hemos aprendido a ponernos en la piel del otro (que, bajo mi punto de vista, es uno de los pilares fundamentales de la educación), hemos podido sentir lo que siente alguien que no ve y hemos pensado en soluciones (agudizar los demás sentidos para que nos den pistas).

Nos ha parecido tan enriquecedor que, en cuanto pueda tener a mano una silla de ruedas, estoy deseando que aprendan las dificultades que aparecen sólo para moverte en casa (seguro que pronto imaginarán las que puede haber fuera).

 


3.      Ecología: la verdad es que hubiera preferido no tener que escribir esto. Ha dado la casualidad de que los abuelos han estado unos días en Xuño (La Coruña) y se han encontrado con el desastre que se repite una y otra vez todos los veranos y que destroza un paraíso natural magnífico: los incendios.

Ellos nos mandaban imágenes de los alrededores, de las llamas, del humo, de los aviones y los helicópteros cargando agua incesantemente e incluso de los propios bomberos que muy amablemente y con una gran sonrisa se hicieron una foto para que pudiéramos ver sus uniformes (lamentablemente también vimos sus caras de cansancio).

Me pareció una buena oportunidad para hablar sobre todo con Nicolás que ya tiene seis años, de la importancia de cuidar la naturaleza. Es verdad que, en un principio, lo que más le gustó fue la foto de los bomberos y el vídeo del helicóptero cargando el agua en el mar. Pero después hemos ido ahondando en lo que estaba ocurriendo y en qué podemos hacer nosotros para que no suceda. Sus aportaciones han sido: no dejar basura ni cosas de cristal en el campo, si alguna vez vemos muchas plantas secas en el monte, avisar para que se limpien y llevar siempre una mochila automática con manguera y agua por si acaso (esto último ya entra dentro de su faceta como inventor, quizá dentro de 20 años tengamos el prototipo). Tiene claro que la naturaleza está viva, es la casa de muchos animales y además nos da oxígeno con lo que hay que cuidarla y respetarla. Creo que es suficiente.

Hablamos también del trabajo de los bomberos, lo estuvimos relacionando con una exposición que vimos en otoño sobre el tema e intenté que vieran el valor de una profesión de altísimo riesgo (riesgo real que ellos no ven porque, a veces, creen que son algo así como superhéroes inmortales).


 
ASÍ QUE VAYA DESDE AQUÍ, NUESTRO RECONOCIMIENTO A TODOS LOS BOMBEROS Y DEMÁS PERSONAL QUE SE JUEGA LA VIDA TODOS LOS VERANOS Y QUE, ENCIMA TIENEN LA AMABILIDAD DE HACERSE UNA FOTO PARA QUE PUEDA VERLOS UN NIÑO QUE ESTÁ A 500 KILÓMETROS. ESTAMOS MUY ORGULLOSOS DE VOSOTROS.
GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS